– Enfermedades de la piel como dermatitis, eczemas, psoriasis o herpes
– Lesiones recientes como fracturas, esguinces o desgarros musculares. Es necesario esperar a que la lesión se sane por completo antes de recibir un masaje. En estos casos, si se podrá realizar la técnica manual de drenaje linfático, para ayudar a la eliminación de los posibles edemas provocados por la/s lesión/es, siempre y cuando, un médico profesional esté de acuerdo
– Problemas circulatorios graves, como trombosis venosa profunda o flebitis
– Enfermedades cardiacas como insuficiencia cardíaca congestiva o angina de pecho
– Fiebre o infecciones activas.
Estas son algunas de las contraindicaciones más comunes. Siempre es importante consultar con un profesional de la salud antes de recibir cualquier tipo de masaje, especialmente si se tiene alguna condición médica preexistente que pueda suponer un riesgo.